Morante de la Puebla soñó el toreo a la verónica. No se puede torear mejor con el capote: meciendo los brazos, relajado, con las zapatillas asentadas, ganando terrenos hasta los medios, y esa media…
Nadie daba un duro por el toro, pero la genialidad del de la Puebla hizo que se inventara una faena. Una faena de exposición, de valor, de arte, y sobretodo, de torería. El valor de Manolo González o Diego Puerta. El arte y la torería de Chicuelo, Pepín Martín Vázquez y Pepeluís. De frente como Manolo Vázquez. La escuela sevillana condensada en un Morante sublime que fraguó una obra de arte a base de verdad y sentimiento. Indescriptible.
Mala suerte la del toricantano. Antonio Nazaré lo jugó muy bien los brazos a la verónica, pero tras devolverse el toro al lastimarse, sorteó lo peor del envío de “Lo Álvaro”. Voluntad y disposición de este nuevo torero al que tenemos que dar una oportunidad.
El año pasado fueron los platos de jamón. La perla de este año fue la presentación del libro “Del toreo a la bravura” estos días atrás, cuyo autor, D. Juan Pedro Domecq, debería explicarnos cómo existe tanta diferencia entre lo escrito sobre la bravura en ese libro con la realidad de la corrida de hoy. Ayuna totalmente de casta y mal presentada.
El año pasado fueron los platos de jamón. La perla de este año fue la presentación del libro “Del toreo a la bravura” estos días atrás, cuyo autor, D. Juan Pedro Domecq, debería explicarnos cómo existe tanta diferencia entre lo escrito sobre la bravura en ese libro con la realidad de la corrida de hoy. Ayuna totalmente de casta y mal presentada.
A ver qué argumentos nos ofrece la empresa el próximo año para incluirla en el abono. De nuevo baile de corrales. De nuevo los mismos interrogantes: ¿de qué sirven las visitas al campo? Si saltaron al ruedo éstos, cómo sería los rechazados…
Enrique Ponce pasó de puntillas en esta Feria, el próximo año que se apunte de nuevo a la de Juanpedro.
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