Foto: http://www.lamaestranza.es/
Desde diciembre soñábamos con el cartel de esta tarde. Ambientazo en la Real Maestranza de Caballería. La reventa por las nubes. Sueños e ilusiones que los toros de Victorino Martín se encargaron de arruinar. Hay tardes en que merece más la pena seguir soñando que presenciar la corrida.
De lo mejor de la tarde las verónicas de Morante al 5º: despacio, abriendo el compás, cargando la suerte y ganando terreno hasta la misma boca de riego. Música para lo mejor que se ha hecho con el capote en lo que va de abono.
Muy dispuesto “El Cid”, que dejó buenos naturales en la faena del 4º. Un toro que se metía por el derecho pero que se tragó algunos con la zurda. Se cruzó muy bien el de Salteras, y robó pases sueltos de gran calidad, pero el victorino no repetía y sacaba la cara alta por lo que la faena no alcanzó levantar vuelo. Los toreros rivalizaron en quites, algunos muy lucidos.
Decepcionante el juego de la corrida de Victorino, muy desigualmente presentada, con algunos toros muy justos para una plaza como Sevilla.
Carecieron de fondo en la muleta, desarrollaron peligro y desarrollaron múltiples defectos para la lidia. Hubo toros que blandearon en exceso, el 6º fue un ejemplo de ello, y se devolvió a los corrales. El Ganadero no debe estar contento con la corrida, todos sabemos que el juego de los toros es impredecible, pero al menos debió haber cuidado más la presentación.
Morante picó en exceso sus toros y estuvo francamente mal con la espada. Pasaportó dos de ellos con simples pinchazos, sin llegar a intentarlo de nuevo. Una vez más se cumplió el dicho: corrida de expectación…
De lo mejor de la tarde las verónicas de Morante al 5º: despacio, abriendo el compás, cargando la suerte y ganando terreno hasta la misma boca de riego. Música para lo mejor que se ha hecho con el capote en lo que va de abono.
Muy dispuesto “El Cid”, que dejó buenos naturales en la faena del 4º. Un toro que se metía por el derecho pero que se tragó algunos con la zurda. Se cruzó muy bien el de Salteras, y robó pases sueltos de gran calidad, pero el victorino no repetía y sacaba la cara alta por lo que la faena no alcanzó levantar vuelo. Los toreros rivalizaron en quites, algunos muy lucidos.
Decepcionante el juego de la corrida de Victorino, muy desigualmente presentada, con algunos toros muy justos para una plaza como Sevilla.
Carecieron de fondo en la muleta, desarrollaron peligro y desarrollaron múltiples defectos para la lidia. Hubo toros que blandearon en exceso, el 6º fue un ejemplo de ello, y se devolvió a los corrales. El Ganadero no debe estar contento con la corrida, todos sabemos que el juego de los toros es impredecible, pero al menos debió haber cuidado más la presentación.
Morante picó en exceso sus toros y estuvo francamente mal con la espada. Pasaportó dos de ellos con simples pinchazos, sin llegar a intentarlo de nuevo. Una vez más se cumplió el dicho: corrida de expectación…
1 comentario:
La corrida era, en lo que a Morante se refiere, la crónica de una muerte anunciada. Entiendo, y sin dejar de reconocer que es una opinión personal, que hoy no hay nadie en el toreo que mueva los engaños como el de la Puebla. Es un oasis de sensibilidad en medio del desierto de mediocridad (a excepción de unos pocos) que atravesamos. Pero también es necesario reconocer que anunciarse con los Victorinos es una torpeza mayúscula, sencillamente porque los Victorinos no aceptan la lidia moderna, y mucho menos una lidia basada en la estética como la de Morante. Embisten, sí, pero a 300Km/h, y no rebosan ni una vez ni por equivocación... No faltará quien me diga que vió un toro de ese hierro embestir de lujo en no sé que plaza; vale...¿pero cuántas alimañas vió antes y después?. No quiero con esto desprestigiar a Victorino, que debe y tiene su sitio en la Fiesta; sólo comento que Morante nunca debió anunciarse un mano a mano en Sevilla con ese hierro. Si tenía la ilusión de enfrentarse a esos toros, escoge otra plaza y a dos compañeros más.
Si el viernes en la Maestranza coge el primer toro al Cid en un quite, ¿se imaginan el rato que hubiera pasado el de La Puebla...?
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