En tarde como esta encontrar detalles positivos es una tarea ardua, créanme. Podríamos hablar de la entrega de un joven torero. Entrega que ha tenido la recompensa de una oreja. Premio conseguido a base de firmeza, disposición y exposición, cuando la tarde hacía aguas por todos lados y no precisamente por la meteorología.
El 6º fue un toro soso, de medias arrancadas y con la cara alta. Aguantó Luque parones, miradas, y terminó sacándole y exprimiéndole lo que no tenía. Se fue detrás de la espada y agarró la estocada que le permitió cortar una merecida oreja.
Sebastián Castella realizó una faena inteligente, aprovechando bien los viajes hacia los adentros. Logró estimables muletazos, siempre con la derecha; si lo mata, le hubieran pedido la oreja.
Lo peor sin duda, el ganado del Puerto y Ventana de San Lorenzo. De nuevo la maldición del campo charro en Sevilla. Corrida mansa de solemnidad, floja, deslucida,…, más de tres horas de petardo.
Para combatir el aburrimiento, se sucedían las frases cargadas de la típica “guasa” sevillana: “Canorea, este año te la han dao por tos laos”. “¿Dónde has comprao los toros? ¿En IKEA?”. Santa paciencia la de este público que cada tarde abarrota los tendidos maestrantes.
Mal hoy la música, aunque es algo que viene siendo habitual, tocando a destiempo, y a veces, de manera inoportuna. Comenzó a sonar en el 6º cuando la faena estaba concluida. Una vergüenza.
El 6º fue un toro soso, de medias arrancadas y con la cara alta. Aguantó Luque parones, miradas, y terminó sacándole y exprimiéndole lo que no tenía. Se fue detrás de la espada y agarró la estocada que le permitió cortar una merecida oreja.
Sebastián Castella realizó una faena inteligente, aprovechando bien los viajes hacia los adentros. Logró estimables muletazos, siempre con la derecha; si lo mata, le hubieran pedido la oreja.
Lo peor sin duda, el ganado del Puerto y Ventana de San Lorenzo. De nuevo la maldición del campo charro en Sevilla. Corrida mansa de solemnidad, floja, deslucida,…, más de tres horas de petardo.
Para combatir el aburrimiento, se sucedían las frases cargadas de la típica “guasa” sevillana: “Canorea, este año te la han dao por tos laos”. “¿Dónde has comprao los toros? ¿En IKEA?”. Santa paciencia la de este público que cada tarde abarrota los tendidos maestrantes.
Mal hoy la música, aunque es algo que viene siendo habitual, tocando a destiempo, y a veces, de manera inoportuna. Comenzó a sonar en el 6º cuando la faena estaba concluida. Una vergüenza.
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