Foto: www.lamaestranza.es Faenón incontestable del joven diestro de Gerena, Daniel Luque. Toreó con gusto a la verónica, sin perder un paso, jugando muy bien los brazos, ganando terreno hasta los medios para rematar con una excelente media.
Ya con la muleta cuajó una faena de menos a más, alcanzando las mayores cotas al natural. Luque bordó el toreo con la izquierda, toreó muy despacio, con sumo gusto y pasándose muy de cerca los pitones del alcurrucén.
Desprendiéndose de la espada toreó intercambiando la muleta de derecha a izquierda en una suerte que ya protagonizara en Madrid y que levantó al público de sus asientos. Tras la estocada cortó las dos orejas con muchísima fuerza.
Cuando todos pensábamos en la Puerta del Príncipe, salió el 6º, el garbanzo negro del buen encierro de Alcurrucén. Un manso de solemnidad, con el que el de Gerena sólo pudo justificarse.
En 4º lugar se lidió Amoroso, uno de los toros mejores que se han lidiado en Sevilla en la presente temporada, Antonio Ferrera cortó una oreja, sin alcanzar nunca el nivel que exigía el astado.
Olvidábamos ayer criticar la actitud del público, poco acorde con la categoría de la plaza, pidiendo la oreja para Castella en una faena de más a menos rubricada con un bajonazo. Habría que sopesar si hizo bien el presidente atendiendo a la solicitud mayoritaria, o habría que salvaguardar la categoría de la plaza…difícil disyuntiva.
En la corrida de hoy la polémica vino con el 6º, cuando un sector de público solicitaba su devolución sin motivo aparente, quizás atendiendo a su comportamiento de manso total, motivo insuficiente para el cambio, como bien especifica el reglamento. Todos los toros tienen su lidia.
Alejandro Talavante volvió a ofrecer esa imagen de torero triste, abúlico y desdibujado que nos tiene acostumbrado en la mayoría de sus actuaciones, salvo cuando sale ese toro ideal con el que es capaz de transfigurarse para sorprender a propios y extraños.
Juzguen ustedes mismos.
Ya con la muleta cuajó una faena de menos a más, alcanzando las mayores cotas al natural. Luque bordó el toreo con la izquierda, toreó muy despacio, con sumo gusto y pasándose muy de cerca los pitones del alcurrucén.
Desprendiéndose de la espada toreó intercambiando la muleta de derecha a izquierda en una suerte que ya protagonizara en Madrid y que levantó al público de sus asientos. Tras la estocada cortó las dos orejas con muchísima fuerza.
Cuando todos pensábamos en la Puerta del Príncipe, salió el 6º, el garbanzo negro del buen encierro de Alcurrucén. Un manso de solemnidad, con el que el de Gerena sólo pudo justificarse.
En 4º lugar se lidió Amoroso, uno de los toros mejores que se han lidiado en Sevilla en la presente temporada, Antonio Ferrera cortó una oreja, sin alcanzar nunca el nivel que exigía el astado.
Olvidábamos ayer criticar la actitud del público, poco acorde con la categoría de la plaza, pidiendo la oreja para Castella en una faena de más a menos rubricada con un bajonazo. Habría que sopesar si hizo bien el presidente atendiendo a la solicitud mayoritaria, o habría que salvaguardar la categoría de la plaza…difícil disyuntiva.
En la corrida de hoy la polémica vino con el 6º, cuando un sector de público solicitaba su devolución sin motivo aparente, quizás atendiendo a su comportamiento de manso total, motivo insuficiente para el cambio, como bien especifica el reglamento. Todos los toros tienen su lidia.
Alejandro Talavante volvió a ofrecer esa imagen de torero triste, abúlico y desdibujado que nos tiene acostumbrado en la mayoría de sus actuaciones, salvo cuando sale ese toro ideal con el que es capaz de transfigurarse para sorprender a propios y extraños.
Juzguen ustedes mismos.
