domingo, 26 de abril de 2009

Morante corta una oreja de valor y arte


Se cortó en la Maestranza la oreja de mayor peso en lo que llevamos de abono. Apéndice obtenido por un gran torero de arte que esta vez ofreció una gran dimensión de valor.

Morante de la Puebla dibujó dos verónicas que dejaron la miel en los labios al respetable, una media tras un quite por chicuelinas que el mismo Belmonte la hubiera firmado. Pero fue con la muleta, y tras un torero inicio de faena por alto con algunos remates donde empezó la sinfonía. Derechazos con el mentón hundido, los riñones encajados, muleta a rastras y muy despacio.

Pero lo mejor vino cuando el toro se paró y se negó a embestir. Nos encontramos ahí al mejor torero que combina el arte con el valor. Aguantó el de la Puebla, muy cruzado siempre, tragó en los parones, acariciando a veces los pitones. Destellos de la escuela sevillana, y sabor añejo en los remates. Tras una estocada casi entera en todo lo alto paseó una oreja de peso.

Algunos de los toros de hoy fueron la más clara expresión de la degradación de la bravura hasta los límites extremos. 1º y 3º terminaron echándose a mitad de faena, teniendo este último que ser apuntillado sin que Sebastián Castella pudiera entrar a matar. Muy descastado el encierro de Jandilla.

Aun así el 4º de la tarde tuvo nobleza en sus embestidas, pero nos encontramos con un Finito de Córdoba desconfiado, abusando del pico, con la “patita” hacia atrás, siempre despegado, ofreciendo una imagen lamentable como últimamente nos tiene acostumbrados. ¿Hasta cuándo tendremos que aguantar los aficionados esa actitud de Juan Serrano?

Castella no tuvo suerte en su lote, sólo pudo dejar algunos detalles en el 6º con vibrante y estático inicio de faena marca de la casa pero el toro se rajó pronto. Quizás ahí, con el toro rajado en tablas, era donde tendría que haberse justificado más el francés.

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