domingo, 22 de marzo de 2009

Deslucido festival goyesco

Foto: Toromedia
Ficha: con lleno en los tendidos se lidiaron toros de “Albarreal”, desiguales de presencia, los 3 primeros muy terciados. Muy flojos en líneas generales. Mejores 1º y 6º bis. El 6º fue devuelto tras lastimarse una mano y saltó al ruedo otro ejemplar del hierro titular. Ortega Cano: oreja, silencio y silencio. Morante de la Puebla: ovación con saludos, silencio y dos orejas. Tarde soleada en la que molestó el viento.

Nos desplazamos a Espartinas con el objetivo de disfrutar de la primera corrida de toros en la provincia de Sevilla. Había expectación, y el cartel era de interés. Pero nos encontramos la realidad de la Fiesta en algunas plazas de 3ª: toros excesivamente terciados y con unas encornaduras más típicas de una de rejones o un festival, que no de una corrida de toros.

Ortega Cano dejó buenos detalles con el que abrió plaza, un ejemplar muy flojo pero que desarrolló nobleza y calidad. Jugó los brazos a pies juntos a la verónica. Comenzó la faena doblándose por bajo para terminar con un cambio de mano de mucho sabor. Tras un pinchazo hondo paseó la primera oreja de la tarde.

El 3º fue manso, se aculó en tablas y Ortega sólo pudo aprovechar algunos viajes hacia los adentros. Con el 5º parece que iba a llegar la inspiración, comenzó arriesgando sentado en el estribo pero perdió el toro las manos con la mala suerte de salir descoordinado del envite. Tuvo que abreviar.

Morante de la Puebla sorteó un primer ejemplar inválido, al que le había enjaretado dos chicuelitas con sabor, pero que se desplazó en la muleta carente de transmisión. Aprovechando la nobleza del animal dejó detalles como si estuviera toreando de salón, pero esto no es lo que veníamos buscando.

El 4º fue otro inválido, aquerenciado en tablas, con el que Morante lo intentó sin hallar agua en el fondo. El 6º salió con pies y lo paró el de la Puebla jugando muy bien los brazos a pies juntos, se lastimó una mano y tuvo que saltar un sobrero del hierro titular que fue el de más motor de la tarde. Un toro áspero que embistió mejor por el derecho y que José Antonio aprovechó a la perfección. Lo intentó por el izquierdo, pero ahí al burel le faltaba un tranco y embestía más rebrincadito, aunque le sacó alguno a pies juntos digno de mención. Nos transportó Morante a otras épocas del toreo con el toreo por alto con el que culminó la faena, antes de dejar la estocada que le depararía las dos orejas.

A pesar de los números, no crean que la corrida fue para tanto, o tal vez es que por ser la primera estabamos muy exigentes…


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